Cuando hay un atentado como el de Noruega es obra de un loco, pero cuando actúa el islamismo radical o la extrema izquierda, entonces hablamos de terrorismo. Lo de Noruega es un acto terrorista de la extrema derecha xenofaga y racista y ya va siendo hora de plantearse si hay que permitir que esos partidos sean legales. Y los medios de comunicación afines también.